La rehabilitación cognitiva es una práctica prescrita cada vez con mayor frecuencia en pacientes neurológicos con trastornos en sus funciones mentales superiores.

Según la Organización Mundial de la Salud, la rehabilitación “implica el restablecimiento de los pacientes al nivel de funcionamiento más alto posible a nivel físico, psicológico y de adaptación social. Incluye poner todos los medios posibles para reducir el impacto de las condiciones que son discapacitantes y permitir a la gente discapacitada alcanzar un nivel óptimo de integración social” (O.M.S., 1986).

Por rehabilitación cognitiva específicamente, entendemos el “proceso a través del cual la gente con daño cerebral trabaja junto con profesionales del servicio de salud para remediar o aliviar los déficits cognitivos que surgen tras una afección neurológica”.

Las lesiones y enfermedades del Sistema Nervioso Central generalmente codicionan discapacidad no solo física, como podrían ser las alteraciones en la motricidad, sino también cognitiva: memoria, atención, función ejecutiva, etc.; y conductual: dificultades en la esfera afectiva y emocional.

Por esta razón el abordaje debe ser integral. La finalidad de la Rehabilitación Neuropsicológica y Estimulación Neurocognitiva es mejorar la calidad de vida en pacientes con alteraciones en sus funciones cognitivas. La práctica está destinada a pacientes con déficits neuropsicológicos de grado leve a moderado, subyacentes a distintas patologías que produzcan daño cerebral (demencias, deterioro cognitivo leve, accidentes cerebrovasculares, traumatismo encéfalo-craneano, epilepsias con trastornos cognitivos, trastorno por déficit de atención del adulto, entre otras).